Apilar piedras daña los ecosistemas ¡no sigas la moda!

Seguro que en algún momento durante las vacaciones de estos últimos años te has encontrado con piedras apiladas mientras paseabas al aire libre. Quizá incluso tú te has animado a apilar algunas. A veces esas columnas de piedras pueden crear ambientes bonitos y místicos cuando se acumulan, pero en realidad dañan el ecosistema en el que se construyen.

Los humanos llevamos siglos haciendo apachetas (como se les llama en Latinoamérica), tanto para marcar caminos para no perderse, como para hacer ofrendas a los dioses para que nos protejan durante el camino. También suelen representar el equilibrio interno en la cultura zen. Hacer una o dos no supone ningún problema para el medio ambiente, pero si cada persona que pasa por el lugar hace una para subirla a Instagram y posturear un rato, puede acabar habiendo decenas o cientos, y eso sí es un problema.

Consecuencias de apilar piedras

Aunque parezca una acción sin importancia, cuando movemos varias piedras o rocas de su lugar, afectamos a plantas, animales y hasta la estructura del propio suelo donde antes estaban esas piedras. En el caso de las plantas, pueden secarse por exceso de sol directo y temperatura en el suelo, ya que pueden quedarse sin la humedad que antes retenían las piedras. Si las plantas se secan, sus raíces también retienen menos el suelo. Si una zona está afectada por decenas de apachetas, tendrá una superficie muy reducida cubierta por rocas y plantas y empezará a erosionarse cada vez más por la lluvia y el viento, dando lugar a un proceso de desertificación.

Antes de mover las piedras de lugar. Los animales encuentran refugio, como la lagartija y el caracol de la imagen. La planta también sirve de alimento para el caracol. La planta encuentra suficiente humedad retenida en el suelo (parte más oscura) para poder vivir. Autora: Irene Pardo
Poco tiempo después de mover las piedras. La lagartija ha tenido que buscar otro refugio. El suelo ya no está húmedo, la planta se ha secado y el caracol no ha podido buscar comida ni refugio a tiempo. El suelo ha empezado a degradarse.

A la vez, los animales empezarán a desaparecer de la zona, especialmente los que dependen de las rocas para refugiarse, como las lagartijas y arañas, o los que necesitan las plantas en su dieta, como los caracoles y muchos insectos. Además, sus depredadores también desaparecerán de la zona, ya que buscarán otras donde alimentarse. Al final, si la acumulación de montículos de piedra no se desmonta en poco tiempo, se altera toda la cadena trófica y, en el peor de los casos, la situación puede llevar a la extinción de especies de fauna y flora endémicas. Es decir, que solo se encuentran en ese lugar.  

El problema de las apachetas es especialmente grave en zonas áridas, donde las consecuencias explicadas anteriormente se acentúan rápidamente por la escasez de agua. También en islas, donde suele haber un gran número de especies endémicas.

Por otro lado, las consecuencias también pueden suceder de forma muy similar en ambientes acuáticos, como en lagos, ríos o riachuelos. Desde Austin (Texas, Estados Unidos), el guardabosques Casey Carter nos explica en el siguiente vídeo que, si quitamos rocas del lecho del lago en el que está, los macroinvertebrados que forman parte de la dieta de otros animales de la zona ya no pueden desarrollarse bien, ya que hacen su vida mayoritariamente en las rocas sumergidas. También comenta que los montículos de piedra son un peligro para las personas o los perros si tropiezan con ellos, ya que les pueden caer encima, y lo mismo pasa con el resto de fauna.

Si buscamos fotos de apachetas en las redes, no nos salen muchas recientes de personas que usen el español, pero si buscamos las palabras clave inglesas “stone stacking” o “rockstacking”, ya se pueden encontrar fotos de estos últimos días. También una publicación en Instagram de los Parques Nacionales de Queensland en la que se quejan de que hace pocos días aparecieron muchos montículos en uno de sus parques.

Foto de Instagram en la que se ven decenas de apachetas juntas en una única zona de Queensland (Australia)

Así que, a pesar de que los científicos avisaron en 2020 de los peligros de los montículos de piedra y en algunos destinos turísticos se han puesto sanciones de 6.000 € por construirlos, parece que este año el problema vuelve. Está muy bien turistear y a todos nos gusta descubrir lugares nuevos, pero intentemos que todo quede como nos lo hemos encontrado. De lo contrario, si tenemos un mínimo de consciencia, podemos acabar lamentando nuestros actos. A continuación, podrás encontrar lugares en los que ya se han descrito problemas debidos a las apachetas y la masificación de turistas.

Algunos lugares y especies que se han visto afectados

En una carta publicada por un equipo internacional de investigadores en la revista Human–Wildlife Interactions en 2020 -la misma donde se advirtió del riesgo de las apachetas- los investigadores destacaron ejemplos de diferentes lugares en el mundo afectados por las apachetas, la mayoría de ellos muy turísticos. Algunos eran islas como Menorca (Islas Baleares, España), Sal y Boa Vista (Cabo Verde) y muchas áreas protegidas, como el Parque Nacional del Teide en Tenerife (Canarias, España), donde se suelen confundir con marcas de rutas. También tenemos el caso de Ozark National Scenic Riverways (Estados Unidos), donde suponen un peligro para los ecosistemas riparios, y la península Ponta de São Lourenço en Madeira (Portugal). En esta última fue en la que se centraron para explicar lo grave que puede ser el impacto de hacer montículos de piedras en las islas.

En la península Ponta de São Lourenço en Madeira (Portugal) llegaron a haber más de 200 montículos de piedras dispersos en una hectárea, llevando a la foto C, donde se puede ver el suelo muy degradado y nada de vegetación.

Montículos de piedras en áreas protegidas: (A) Parque Nacional Thingvellir, Islandia; (B) Parque Nacional Muránska planina, Eslovaquia; (C) Parque Natural de Madeira, Portugal; y (D) tablero de información advirtiendo contra el apilamiento de piedras. Fuente: carta publicada en Human-Wildlife Interactions. Autores de las fotos: (A) F. Tavares, (B y C) R. Rocha. (CC BY 4.0)

Debido a las apachetas, se puso en peligro a especies endémicas, como la lagartija de Madeira (Teira dugesii), la araña lobo Hogna insularum y el caracol de São Lourenço Amphorella tornatellina minor -mira la foto de este enlace, no puedo subirla aquí por derechos de autor, pero es precioso- muy dependientes de los microhábitats que generan las rocas. En el caso del caracol, el peligro de desaparecer por las columnas de piedras es enorme, ya que es una de las especies de la península menos distribuida, encontrándose solo en alrededor de 1 km2. Otro caso delicado de la península és el de la planta hepática Riccia atlantica, que se encuentra entre las grietas de las rocas y está clasificada como en peligro crítico por la IUCN.

Lagatija de Madeira (Teira dugesii)
Lagartija de Madeira (Teira dugesii). Foto de De Bjørn Christian Tørrissen (CC BY-SA 3.0)
Araña lobo Hogna Insularum con sus crías en el abdomen
Araña lobo de Madeira (Hogna insularum). Foto: Pedro Cardoso (CC BY 4.0)

Otra especie de la que se tiene sospecha de que la actividad humana aumenta su mortalidad, es la salamandra gigante americana (Cryptobranchus alleganiensis alleganiensis). En un artículo de 2017 publicado en la revista Southeastern Naturalist, se explica que se habían encontrado adultos y juveniles muertos por lesiones compatibles a aplastamientos por rocas en ríos del sudeste de Estados Unidos. Esos aplastamientos podrían estar causados por mover piedras del lecho del río para hacer apachetas o pequeñas presas, ya que se habían visto restos de esas construcciones cerca. Aun así, en el artículo se dice que en ese momento aún no tenían suficientes pruebas y se debía investigar más.

Salamandra gigante americana
Salamandra gigante americana (Cryptobranchus alleganiensis alleganiensis). Foto: Andrew Hoffman (CC BY-NC-ND 2.0)

Muchas otras especies pueden haberse visto afectadas sin que lo sepamos, así que no dejemos que este año vuelva a repetirse la moda de apilar piedras. Como dicen en la carta los investigadores, adoptemos la filosofía Leave no trace (¡No dejes rastro!), que consiste principalmente en dejar todo como te lo has encontrado en tu camino, respetando al máximo la flora y la fauna, y sin ensuciar. Y sobre todo, explica a tus conocidos las consecuencias que has leído. Cuantas más personas las sepan, ¡menos apachetas construirán! La lagartija te lo agradecerá 🙂

Lagartija soñando con su salvadora. Autora: Irene Pardo
Referencias

San Miguel N. 2021. Por qué no debes apilar piedras en la playa o la naturaleza: los efectos que tiene sobre el medioambiente. Cadena Ser

-Queensland National Parks [@qldparks]. 21 de junio, 2022. Just because you cairn, doesn’t mean you should! Our parks and forests are wild areas that need to stay wild. Rock cairns have been used historically as navigational aids when there is no obvious track to follow—when used for [Imagen de Instagram]

-Rocha, Ricardo; Borges, Paulo A. V.; Cardoso, Pedro; Kusrini, Mirza Dikari; Martín-Esquivel, José Luis; Menezes, Dília; Mota-Ferreira, Mário; Nunes, Sara F.; Órfão, Inês; Serra-Gonçalves, Catarina; Sim-Sim, Manuela; Sepúlveda, Pedro; Teixeira, Dinarte; and Traveset, Anna (2020) «Stone-Stacking as a Looming Threat to Rock-Dwelling Biodiversity,» Human–Wildlife Interactions: Vol. 14: Iss. 1, Article 17.
DOI: https://doi.org/10.26077/secn-2a27

Queijeiro L. 2020. Hasta 6000 euros de multa para los que se sumen a la moda de apilar piedras en Camariñas. Nius diario

Ripario. Wiktionary.org

Amphorella tornatelina minor. Life Recover Natura (Imagen)

-Wikipedia: Apacheta, Desertificación, Tierras áridas, Macroinvertebrado, Hepaticophyta

Especie en peligro crítico de extinción

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